Realizamos muchas actividades diarias que en ocasiones se nos olvida cuidar nuestra relación con Dios.
Las mujeres no solo debemos cuidar nuestra salud física y emocional, sino también, debemos cuidar nuestra salud espiritual. Y esto la haremos cuidando nuestra relación con Dios.
Tal vez te estés preguntando el por qué debemos cuidar nuestra relación con Dios. Recordemos este versículo bíblico:
«¡Estén alerta! Cuídense de su gran enemigo, el diablo, porque anda al acecho como un león rugiente, buscando a quién devorar.»
1 Pedro 5:8 NTV
El diablo no quiere vernos progresar, en ningún aspecto de la vida. Por ello, tratará de atacarte.
Sin embargo, debemos tener cuidado, Satanás solo ataca al que no está haciendo nada, a aquella persona que está de brazos cruzados y que no se ocupa de las cosas espirituales.
En cambio, una mujer de fe, que ama al Señor y se aferra a sus promesas, no sufrirá los ataques y daños del enemigo.
Sabemos que, al menor descuido, podemos estar en peligro. Por tal motivo, debemos estar alertas, siempre cuidando nuestra relación personal con Dios.
Existen algunos factores que nos pueden estar alejando de Dios y tal vez ni siquiera nos hemos dado cuenta.
Algunos factores que pueden ser:
- Priorizar otras cosas antes que a Dios.
- Poco interés en leer la Biblia.
- Aburrimiento en la oración.
- Enfocarse en la iglesia, pero no enfocarse en Dios.
- Trabajar más tiempo, pero quitándole el tiempo para Dios.
- No confiar totalmente en Dios.
- Mal gastar el tiempo en otras cosas o simplemente no hacer nada.