Todo tiene un propósito, querida amiga. Dios, en Su Palabra, nos dice que cada cosa, pequeña y grande aporta un valor importante para nuestro caminar en la vida y, por tanto, para lo que Dios ha construido para nosotras.

En la Biblia encontramos una bella historia, la de Ester, la reina de Persia. A pesar de que ella llegó a ser muy conocida por su belleza e inteligencia, no todos recuerdan todo lo que vivió y pasó en su vida.

Un pasado difícil

Para empezar, Ester nació en un hogar judío pero sus padres murieron y su primo, Mardoqueo, se encargó de criarla.

Cuando pasaron los años, el rey Asuero de Persia llamó a todas las jóvenes vírgenes para que una de ellas se convirtiera en su esposa. Así fue como Ester fue llevada al palacio y pasó por varios períodos de tratamiento de belleza.

Aunque puede parecer que Ester solo tuvo que pasar por un tiempo de spa, en realidad no lo fue. Esto es porque tenía que estar permanecer firme delante de Dios, no olvidarse de los principios que aprendió en casa y, sobre todo, el hecho de dejar a Mardoqueo quien la cuidó.

Una vida con propósito

Finalmente, logró ser coronada como la reina de Persia y llegó a liberar a su pueblo de una masacre de muerte.

Entonces, viendo en retrospectiva, vemos que desde un inicio Dios ayudó a Ester, a pesar de haber perdido a sus padres, de ser llevada a un lugar desconocido y vivir una vida completamente opuesta a la que tenía, todo fue con un propósito: salvar al pueblo de Israel.

Ester nunca buscó tragedia en su vida, ni una corona en su cabeza, pero Dios le dio un rol importante en la historia de los judíos, tanto así que se encuentra en la Biblia.

Querida amiga, cada crisis y problema de la vida nos sirve para algo, todo eso es parte del plan divino y maravilloso de nuestro Señor.

Todo tiene un propósito, incluso el dolor. Tal vez no lo veamos inmediatamente, pero es posible que en un futuro tú también, después de tanto sufrimiento, termines con una corona en la cabeza, así como Ester.

Tenemos un reto para ti: Recordando mi propósito. Dios tiene un propósito para ti, por eso ora cada día para que nunca lo olvides.

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*La imagen destacada es de licencia gratuita, pero reconocemos al autor Sasint-3639785 de Pixabay.